Puede parecer una contradicción, pero hace unas semanas se publicó algo que puede ser un gran avance en un futuro no muy lejano: una píldora para eliminar bacterias… con bacterias. Y como puede sonar como algo muy extraño, y puede parecer que es una noticia más de esas de “científicos españoles hacen cosas”, pues voy a explicar de qué va el tema, para que aclaremos que esto es un avance importante, pero que tampoco es que haya sido un momento eureka.
Los biofilms bacterianos
Las infecciones bacterianas son un problema, pero si además las bacterias se protegen, es un problema más grande. Y si además de protegerse eso les permite desarrollar una gran resistencia a antibióticos, pues peor todavía. Los biofilms son exactamente ese método de protección que pueden desarrollar algunas bacterias. Son lo que su propio nombre dicen, films protectores, y si os los imagináis como un film transparente de esos que se usan para la comida, pues no os alejaríais mucho de la idea… aunque los biofilms están vivos.
Realmente, lo que está ocurriendo, es que las bacterias que los forman secretan una serie de sustancias que hacen que la colonia que están formando quede protegida. Una capa extra que es casi impenetrable. El biofilm va cambiando según cambia lo que hay dentro, según se multiplican las bacterias, y pueden llegar a alcanzar una gran superficie. Un ejemplo de biofilm lo encontramos en las bacterias que se encuentran en nuestra boca, que gracias a esos biofilms aguantan lo que haga falta para avanzar en su objetivo: provocarnos una caries. Esa protección, además, dificulta que las sustancias que hay en el exterior puedan entrar en contacto con las bacterias del interior. A no ser que a esas bacterias les interese lo que hay fuera, claro. Así, si utilizamos un antibiótico contra esas bacterias, es mucho más complicado que ese antibiótico cruce la barrera. Además, si las bacterias tienen otros genes de resistencia a antibióticos, tenemos un problema.
Los biofilms en hospitales
Aunque encontramos biofilms en más contextos, uno de los preocupantes es el hospitalario. Las bacterias que forman biofilms son una de las principales fuentes de enfermedades nosocomiales, esas que se multiplican en los hospitales. Y en este caso no son los sanitarios llevándolas en su cuerpo de una habitación a otra. Las bacterias que forman biofilms se encuentran en el lugar más inesperado: en catéteres y cánulas. Ahí llegan de una forma u otra y se hacen fuertes, creando su capita de biofilm dentro del tubo y esperando a poder liberar unas cuantas bacterias en el momento oportuno, para encontrar un nuevo hospedador al que infectar.
El caso es que eliminar esas bacterias es tremendamente complicado. Primero hay que conseguir eliminar el biofilm, pero sin dejar ningún resto de sustancias que puedan ser tóxicas y sin alterar el material del que están hechos los catéteres, y aquí es donde entra la idea de utilizar un caballo de Troya.
Pequeñas troyanas
Nuestros pequeños caballos de Troya van a ser en este caso otras bacterias. Bacterias que tienen una peculiaridad: carecen de pared celular. Son micoplasmas, que aunque en otros contextos pueden provocar infecciones, una vez modificadas para anular su capacidad para infectar, son unos vectores perfectos. Una vez que le hemos quitado todo lo malo de dentro al caballo de Troya, toca rellenarlo de nuestra arma.
Como son bacterias que pueden sintetizar proteínas, esa será nuestra mejor arma. Y lo que han hecho tras quitar los genes malos, ha sido meter los buenos. Los buenos, en este caso, son enzimas bactericidas. Proteínas que atacan a otras bacterias. Las más comunes lo que hacen es destrozar la pared o la membrana de otras bacterias, pero hay más opciones. Y como teníamos un caballo de Troya particular, porque hemos dicho que era una bacteria sin pared, eso hace que además de poder sintetizarlas, puedan liberarlas con facilidad. Con facilidad una vez que se ha manipulado la bacteria genéticamente para que lo haga.
¿Entonces tenemos la solución para eliminar bacterias?
A ver, lo que tenemos ahora es una pequeña bacteria mutante. Tan mutante que ha perdido su capacidad para hacernos daño, y a cambio se le ha dado la capacidad para generar y secretar proteínas que hacen daño a otras bacterias malas. Y con eso se ha hecho una prueba de concepto con ratones, comprobando que no les pasa nada, y que si se tratan catéteres con ella, se eliminan las bacterias malas que provocarían una infección.
Es la primera vez que esto se hace, aunque la idea sí se había propuesto antes. Y los resultados son preliminares, pero prometedores. A mis ojos, aunque es cierto que yo estoy muy sesgada porque ya sabéis que esto de matar bacterias a mí me gusta mucho, se ha publicado en una revista demasiado pequeña para el avance que podría ser. Sin embargo, en cualquier caso, eso ya lo hemos vivido previamente. Ahora lo que nos queda es darles la fama que merecen (ni más ni menos), y animar a los investigadores a continuar con esa colaboración que quizá acabe dando frutos muy interesantes.
Para acabar os dejo el artículo, para aquellos que queráis consultar los resultados en detalle: Engineering a genome-reduced bacterium to eliminate Staphylococcus aureus biofilms in vivo
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