A la quinta… ¿irá la vencida?

Lo de mi madre no tiene nombre… estoy por llamarla por teléfono y decirle que es idiota.

Recordaréis la serie de posts de hace un tiempo relacionados con cómo firmar un contrato. Parte de mis problemas iban ligados al hecho de que mi madre entendiese que yo trabajaba.

Esta semana hablé con ella por teléfono y le expliqué una vez más que tenía trabajo, que me pagaban por trabajar 6 horas diarias. Entonces ella dijo algo así como “ah pero yo pensaba”. “no, no pienses. Trabajo, me pagan, tengo un jefe, tú ya sabes…”. Y parecía haberlo entendido.

Pero no era cierto. Ahora veo que, por primera vez tras cinco años de carrera, este mes ha ingresado el dinero que hipotéticamente me daba cada mes con rigurosa puntualidad. Claro… cuando yo no tenía otra fuente de ingresos iba y me lo daba (si me lo daba) a día 10… pero este mes lo ingresa a día 2. ¿Qué parte de el “no quiero nunca nada más de dinero tuyo” no ha entendido?

Ahora me planteo si llamarla para decirle que es idiota o si esperar a verla en persona y hacerle un esquemita: KaRMe–>trabajo–>dinero. A ver si así…


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Comentarios

5 respuestas a «A la quinta… ¿irá la vencida?»

  1. Dile que yo sigo estudiando y que le dejo que me adopte y me dé a mi los dineros xD

  2. biocomplex

    Envie su remesas a: Hombre ermitaño.Un mendrugo de pan y algo con lo que abrigar.

  3. No lo comprendeis… estaríais haciendo un pacto con el diablo!!! Como un vampiro se pasaría el resto de la vida chupandoos la sangre… y todo vuestro sueldo. Además le deberíais la vida… es complicado de explicar.

  4. Nunca, nunca, NUNCA. Jamás debais dinero a nuestra madre. No hay favores, no hay regalos, no hay justicia divina, no hay deber legitimo parental. Sólo queda una deuda que crece exponencialmente con cada segundo que pasa y con factores aleatorios como “humor”, “temperatura”, “visitas de otros familiares”. El banco es tu gran amigo. Le pagas lo que le debes y aquí paz y después gloria. Con mi madre hasta la leche de pecho hay que amortizar.
    Yo, personalmente, prefiero firmar un pacto con los Cenobitas, que me sale muy a cuenta. Es más, los cenobitas considerarían a mi madre un ser salido del averno, demasié-pa-su-body. Una exageración vamos.

  5. Siempre se le puede pegar el palo por la calle con un pasamontañas…

    Joe, lo que hay que trabajar pa’no tener que trabajar.

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