Viaje Alucinante

Título: Viaje alucinante

Autor: Isaac Asimov

Editorial: Plaza & Janés

Colección: Debolsillo

Páginas: 239

Ahora ya sabemos que esto no fue idea original de Asimov, pero aún así… desde mi punto de vista, él se lo merece. Merece que la gente reconozca esta obra como suya y es que, como ya comenté alguna vez, fue escrito por otro autor, después fue versionado para la película y después Asimov decidió que la película tenía una serie de fallos importantes, y por lo tanto reescribió la novela solucionando esos fallos. Los fallos son sobre todo fisiológicos, y si tenemos en cuenta que Asimov lo escribió en el 66… tenemos que reconocer que sabía mucho y que estaba a la última.

A todos nos suena la historia. Al menos de lejos… Y aún no sé porqué. Un grupo de investigadores están trabajando sobre la miniaturización. Un hombre muy importante cae enfermo. Un coágulo en su cerebro. Hay que deshacerlo, pero la tecnología láser actual no lo permite (si tenemos en cuenta que actual = 60’s… no me extraña). Unos cuantos de los investigadores dicen que si se miniaturizan ellos junto con el láser, pueden disolver el coágulo. Entonces deciden meterse en un submarino, y que se miniaturice el conjunto, y ahí empieza el viaje alucinante por el cuento humano… Realmente impresionante.

El detalle: a nadie le habrá llamado nunca la atención, pero es que yo soy rara. La nave que emplean para el viaje se llama Proteus. Proteus, como muchos sabreis es una bacteria. No es una bacteria demasiado especial… o sí. Es una enterobacteria. Una de esas que nos dan tanto asco, porque producen diarrea… pero no es por eso por lo que me llama la atención. Es una bacteria especial por s forma de ser, o de estar, mejor dicho. Es una bacteria que no forma las típicas colonias. En una placa, en lugar de las tipicas colonias bacterianas, sólo deja ver unos pequeños filamentos, por donde tú has pasado el hisopo sembrando bichitos. Casi no deja huella, no se asocia, no la ves. Si no la conoces, creerás que en tu placa no ha crecido nada. Por eso me llama la atención que se haya elegido este nombre… y es que el Proteus, se supone que debe pasar por el cuerpo humano sin dejar rastro.

“¿No han aplicado alguna vez el oído a un caracol marino y escuchado el rumor del océano? Lo que en realidad han escuchadoha sido el sonido ampliado de su propio océano, de su torrente sanguíneo”


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